sábado, 22 de septiembre de 2012

Capítulo 3


Llega tarde, son las cinco y diez, llevo diez minutos aquí de pie esperando, como una idiota y él no viene. ¿Por qué me pasan estas cosas siempre a mí? Me dijo que a las cinco ya estaría aquí, me lo dijo y no está… Le llamo, ni caso, ha saltado el buzón. ¿Qué hago? Mejor me voy, he sido una idiota al pensar que podría interesarse en mí. Empiezo a caminar y oigo que alguien me llama “¡Albaaaaaaa!” sí, es él, no lo veo pero lo sé. Me detengo y doy media vuelta.
- Pensaba que te habías arrepentido… —dice Alba un poco desanimada.
- ¿Arrepentirme? ¿Estás loca? —dice Liam.
- Es que como no venías… —dice Alba.
- Escúchame bien, yo nunca te dejaría plantada. No soy así. —dice Liam.
- Lo sé, bueno, ¿ qué te parece si vamos yendo? —dice Alba.
- Vale, ¿y adónde vamos? —dice Liam.
- Pues no lo sé, elige tú. —dice Alba.
- Sígueme, se me acaba de ocurrir el sitio perfecto. —dice Liam.
Empezamos a caminar y de repente Liam me pasa el brazo por encima rozando con sus dedos tan suaves y delicados mi cuello. Yo sonrío y no puedo apartar los ojos de su cara, soy feliz, muy feliz. Tanto que mi sonrisa puede verse a quilómetros. Pero que mono es, parece que esté soñando, porque no estoy soñando ¿verdad? No, menos mal. Paramos. ¿Habremos llegado ya? El lugar no es tan bonito como el que aparece en mis sueños, pero no está tan mal, además, estoy con él, que es lo que importa.
- ¿Hemos llegado? —dice Alba.
- Sí, pero nos falta una cosa.  —dice Liam.
¿Una cosa? ¿De qué habla? Ojalá se tratara de un beso, pero eso ya es mucho pedir, y no creo que quiera salir con una chica como yo. ¿O tal vez sí? No lo sé, dicen que el amor es lo más bonito del mundo. Pero a mí esto me vuelve  loca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario